A finales de junio España tenía una incidencia acumulada a 14 días por debajo de 10 casos por 100.000 habitantes. El confinamiento había funcionado, el virus circulaba poco y se hablaba de algunos brotes en fiestas, reencuentros familiares, residencias de mayores, empresas agrícolas y cárnicas… Un mes después los brotes activos eran 120 y los contagios se habían multiplicado por cinco. El umbral de los 100 casos por 100.000 habitantes se rebasó el 13 de agosto.
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