Hace ahora un año, en septiembre de 2019, manifestaciones en cerca de 150 países de todo el mundo reclamaban medidas más contundentes frente al cambio climático. Una de las más importantes fue la de Nueva York, en cuya cabecera marchaba la activista sueca Greta Thumberg, convertida ya en un símbolo de la indignación de los jóvenes por la falta de acción de los gobiernos para frenar el aumento de la temperatura del planeta. Esta huelga mundial del clima fue una demostración del renovado impulso que había tomado la respuesta de parte de la sociedad y de la comunidad internacional ante la crisis climática. Luego, llegó el coronavirus.
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