“Estamos en una calma tensa”, coinciden los sanitarios consultados de punta a punta de la Península. Los hospitales todavía están desescalando de la segunda ola de la pandemia de coronavirus y aunque las cifras acompañan —todavía hay más altas que nuevos ingresos, insisten—, los centros contienen el aliento ante lo que puede venir tras estas Navidades, donde previsiblemente volverá a aumentar la interacción social y, por ende, la transmisión del virus. Por lo pronto, los contagios en la calle ya están creciendo —la incidencia acumulada está en 262 casos por 100.000 habitantes— y los sanitarios temen el impacto asistencial de otro repunte. Ellos están agotados, advierten.
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