El Servicio Vasco de Salud-Osakidetza ha reconocido que la muerte de una bebé y las secuelas graves sufridas por otra fueron provocadas por un error médico en el hospital Donostia de San Sebastián. En un informe entregado a las familias de las dos recién nacidas, admite una “incidencia farmacológica” al suministrar un potente anestésico durante dos días en lugar del suero alimenticio que les correspondía, lo que pudo provocar que una falleciera el pasado mes de enero y la otra sobreviviera pero con secuelas físicas. El Defensor del Paciente ha solicitado este lunes a la Fiscalía Superior del País Vasco que investigue de oficio si hubo una negligencia médica en este caso.
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