Laura tiene casi cuatro años y, aunque ya está acostumbrada a que todos lleven la mascarilla, no le gusta nada esta nueva escuela. Dice que no entiende bien “si su profesora está contenta o está enfadada”. La psicóloga Elena Domínguez explica que los niños más pequeños, para comprender lo que ocurre a su alrededor y reaccionar, necesitan normalmente leer el rostro de los adultos. “Entienden el mundo con la gestualidad, son expertos en leer las emociones en la cara. Pero ahora llegan a un contexto nuevo y sus referentes, eso que les da seguridad, está a medias”, explica esta experta que cree que las clases de educación emocional en las escuelas para los alumnos (y también para los docentes) son más necesarias que nunca en las actuales circunstancias de pandemia. “Porque los docentes preocupados no enseñan y los niños preocupados no aprenden”.
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