“El 80% de los casos que nos han llegado vinieron de la bomba radioactiva vírica que se plantó en Madrid”, dijo el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, a principios de septiembre. “Nos irá bien o mal en función sobre todo de lo que se controle o se descontrole Madrid”, añadió, para indignación de las autoridades madrileñas, que por entonces aún negaban que la situación estuviera descontrolada. Más allá de la hipérbole de García-Page, los expertos coinciden en la relevancia para el resto de la situación epidemiológica de esta región: “El incremento desmedido de repuntes supone un peligro no solo para las comunidades colindantes sino para el resto de España”, asegura el epidemiólogo Daniel López Acuña, exdirector de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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