Esto no es solo una pandemia. Es una sindemia. La situación que vivimos no es solo consecuencia de la temida aparición de un nuevo virus con alta capacidad de contagio, sino también de la vulnerabilidad de los huéspedes en los que se reproduce. Ahora ya sabemos que no en todos los cuerpos causa la misma devastación, como también sabemos que no todos los humanos están igualmente expuestos a la amenaza que representa. Fue el médico y antropólogo estadounidense Merrill Singer quien propuso el concepto de sindemia en un artículo publicado en los años noventa en la revista The Lancet. Lo definía como la sinergia que provoca la suma de dos o más epidemias o brotes de enfermedades concurrentes en una misma población, lo que exacerba el pronóstico individual y la carga colectiva de enfermedad, de modo que el daño final es mucho mayor que la suma de esas condiciones por separado.
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