España está dividida en dos: nueve comunidades vienen reduciendo su incidencia del coronavirus y en siete está aumentando. La segunda ola de la epidemia está siendo un tira y afloja de medidas y contramedidas, regiones en las que el virus se dispara, baja y, en ocasiones, volver a subir. O viceversa. Si algo ha quedado claro en estos tres meses largos de experiencia es que no hay recetas mágicas y que a estas alturas se están dando muchos palos de ciego: el virus no siempre hace lo que dictaría la lógica ni responde matemáticamente a las limitaciones que imponen los gobiernos.
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