Estudia. Estudia una carrera, un máster o dos, varios idiomas: el inglés, porque abre puertas, y otro que te permita distinguirte. Suma líneas al currículum con cursos —muchos— y aficiones. Estudia más de lo que permitieron a tus padres, de lo que soñaron tus abuelos. Conseguirás un trabajo estable y una buena nómina; vivirás donde quieras, como quieras. Si no sirves —en la adolescencia te clasificaron según tu utilidad—, mira en la construcción, en la hostelería, haz un módulo: siempre se necesita mano de obra.
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